Hércules, el origen de un imperio, una película sin alma
Llego Hércules, una película carente totalmente de alma propia y que solo es valida como un mero entretenimiento pasajero. Quien espere encontrarse una película épica, que sea recordada en el tiempo, que se olvide completamente y se guarde el dinero de la entrada para otra ocasión más propicia.
Más que una cinta original, parece un refrito de muchas escenas, que todo buen aficionado al cine seguro que conoce. Es inevitable que se te vengan a la cabeza constantemente momentos épicos del cine moderno.
Para concretar un poco tenemos escenas que parecen sacadas directamente de la magnífica 300, de la que también coge prestado el apartado visual. Algunas recuerdan a la inigualable Gladiator, otras a Troya e incluso algunas parecen haber sido sacadas de Ira y Furia de Titanes.
Gracias a que recoge grandes momentos ya contrastados, la película es bastante entretenida pero ese mismo hecho hace que Hércules carezca totalmente de identidad.
Los actores no me llaman nada la atención, y es una pena que lo más destacable lo haga “Liam McIntyre” que da la impresión de realizar el mismo papel que en la serie de Espartaco.
Si queréis verla no os vais a aburrir pero no esperéis nada que no se haya visto antes.
“Hércules eres el hijo de Zeus, abraza a tu padre y descubrirás poderes que nunca imaginaste”